sábado, 12 de diciembre de 2009

LA ESPERANZA Y AGRADECIMIENTO AL SEÑOR


“En aquel tiempo estabais sin Cristo, … sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús …” Efesios 2:12, 13.
Una marca distintiva que posee el cristiano es la esperanza que tiene relativa al futuro. Pablo describió la condición de los efesios cuando no tenían a Cristo como Salvador. Destacó entre otras cosas que estaban “sin esperanza y sin Dios.” ¿Qué es lo que produjo la gran diferencia? Ellos creyeron en la resurrección del Señor Jesús de entre los muertos. El evangelio llama al pecador a creer en Cristo Jesús como Salvador, muerto, sepultado, y RESUCITADO. Ahí está la clave y cuando dice “ahora en Cristo Jesús”, significa que Dios nos ve en Cristo el Resucitado. La resurrección es la medula del evangelio, “porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” 1 Corintios 15:13-14. Prontamente Pablo declaró “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” 1 Coríntios 15:20. No hay razón para estar en duda.
El tema de la resurrección suministra poder para vivir la vida cristiana. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, el Espíritu Santo le hace partícipe de la nueva vida del Señor Jesucristo y ella misma debe ser la nota predominante en el comportamiento del cristiano. La presencia de Cristo en la vida produce cambios en la vida. Nos motiva a levantar la vista y mirar hacia el futuro asiéndonos de la verdad dicha por Jesús, “porque yo vivo, vosotros también viviréis” Juan 14:19. Aquella esperanza de vida es basada en la promesa del Señor Jesús, “si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” Juan 14:3.
La resurrección es un tema recurrente en los escritos de Pablo, como lo fue también en sus prédicas. Tiene relevancia para nosotros hoy para poder vivir para la gloria de Dios. Alimenta la grata esperanza de estar en el cielo en un día futuro. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” 1 Juan 3:2.

Día a día. Siempre existe algo por agradecer.Agradecido quedo hoy también, Señor mío, pues poco a poco me fortaleces en mi caminar siguiendo tus pisadas y huellas.

Gracias por el simple hecho de yo poder amanecer respirando, por los dones que me has dado. Por las vivencias que plagaron mi corazón. Perdón te pido por mi impaciencia, por el pesimismo que estaba abrumando mi corazón. Por los malos pensamientos. POR LA FALTA DE FE QUE HOY ASOMÓ MI ALMA. Sólo sigo tus designios. Sólo sé que tú quieres lo mejor para mí.Pido por mis padres, mis familiares, mis amigos, los familiares de mis amigos. Pido por mí, para que día a día con tu presencia bendita en mi corazón puedas volverme libre de todo temor, opresión, y todo aquello malo que día a día me abruma... Gracias nuevamente por todo lo hoy vivido, y que la fuerza para pedirte y rogarte nunca falte en mi ser.
Amén

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