martes, 29 de diciembre de 2009

La Receta para Estar Motivado en el 2010




El Regalo Navideño del Rubí
Debí sentirme más feliz. Faltaban tres días para Navidad y conducía sola por un camino rural en nuestra comunidad montañosa entregando galletas hechas en casa a los encerrados.
Había pasado los últimos dos días con amigos de la iglesia, mezclando harina, dándole forma a las bolitas, derritiendo chocolate, horneando docenas y docenas de todo tipo de galletas navideñas. Habíamos cubierto cada superficie en mi cocina con galletas, riéndonos fuertemente de nuestros chistes y cantando fuera de tono.
Sostenía una conversación con mi Señor acerca de la muerte de mi mamá cuatro meses antes. Habíamos tenido esta conversación anteriormente y cada vez el Señor me había dado paz. Y sin embargo, surgían una y otra vez: las mismas preguntas. Una y otra vez: “¿Por qué tuvo mi santa madre que soportar tantos años de dolor extremo antes de morir? ¿Por qué no tengo paz sobre dónde se halla en este momento? ¿Por qué, Señor, por qué?”
Entregué todas las galletas que me habían sido asignadas, saludando calidamente a los encerrados que no tenían ni idea de la batalla que libraba por dentro. En mi última parada, una dama, al aceptar la caja de galletas, me besó en la mejilla y susurró: “Eres un ángel, ¿lo sabes?”
Nada más lejos de la realidad y yo lo sabía.
De vuelta en el auto, conduje una corta distancia, y me detuve junto a una desgastada cerca de rieles y me estacioné. No había casas a la vista. Apoyé mi cabeza sobre el timón y lloré. Extrañaba a mi mama. Esta sería mi primera Navidad sin ella. No tenía paz en mi corazón sobre dónde se encontraba. Conocía bien el versículo aquel que plantea que “estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor”. Sin embargo, lloré sola en aquel camino, incapaz de aceptar la paz que Dios estaba ansioso de darme.
Finalmente, desesperada y sin pensamiento alguno de precedente bíblico, le pedí al Señor una señal. Una señal de que le importaba; una señal de que me había oído: una señal de que me amaba.
Secándome los ojos, regresé a casa donde preparé en silencio la cena para mi esposo. Estábamos solos; nuestros hijos, ya casados, viven en otra parte del estado.
A la mañana siguiente, mientras me vestía para la iglesia, mi esposo se volteó rápidamente sorprendido y me preguntó: “¿Dónde lo hallaste?”
“¿Hallar qué?” pregunté, arreglándome la falda delante del espejo.
“¡El rubí!” ripostó. “¿Es ese tu rubí sobre la sobrecama?”
Me apresuré a la cama, tome el rubí, lo sostuve contra mi pecho y comencé a llorar.
Un año antes, mi esposo y yo habíamos celebrado un importante aniversario de bodas. Mis hermanos, juntando sus recursos, me habían regalado un hermoso rubí en una sencilla cadena de oro. La siguiente semana y de manera inexplicable, la piedra se había soltado de su montura y nunca fue hallada, dejándome angustiada en extremo.
Lo había buscado por casi un año, barriendo las alfombras, revisando los desvanes, mirando en los lugares menos probables por este rubí que me había ligado amorosamente a mis hermanos con fuerza umbilical.
Y ahora, esta mañana de domingo, el rubí apareció de la nada en el centro de nuestra sobrecama. Y algo más curioso aún es que la cama había sido hecha menos de media hora antes.
Mi esposo, percibiendo mi sospecha, colocó sus manos firmemente sobre mis hombros y me aseguró que, como cristiano, él podía afirmar que no sabía nada del paradero del rubí o cómo había terminado en nuestra sobrecama. Mirándole a lo profundo de sus ojos, le creí.
Giré la piedra preciosa de un lado para otro en la palma de mi mano. ¡Cuán parecido a las maneras de Dios! Él sabía de mi fe defectuosa. Me sorprendió con gozo.
No podía haber otra explicación… y no la busqué tampoco.
Mariane Holbrook, copyright 2006Los milagros… ¡son realmente algo especial de parte de Dios! Mientras que algunos se niegan a sí mismos toda posibilidad de lo milagroso, aduciendo una racionalidad casi irracional, muchos otros se aferran a la esperanza de una intervención sobrenatural de parte de Dios en momentos particulares de sus vidas. Así, en realidad no hay dos milagros iguales… ni producen el mismo efecto en las personas que los reciben. En esta época navideña quiero compartirles esta historia “milagrosa” que, aunque para muchos pudiera no significar nada, para la autora representó un “mundo” de diferencia. Cuando, con sinceridad, nos acercamos al Señor, Él sabrá contestarnos según no sólo nuestra necesidad, sino también según Sus planes para nuestras vidas… y eso siempre podrá incluir lo milagroso. Que Dios les continúe bendiciendo.
“Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas en la vida: Hale y Empuje”
Estamos ya por comenzar un nuevo año y en medio de las celebraciones, el compartir con familiares y amigos pensamos en las cosas que nos gustaría lograr este próximo año. Estas cosas tienen que ver con cada una de las áreas de la vida empezando por lo espiritual, lo material, lo físico, lo familiar, lo laboral, nos gustaría tener un gran año en todo. Particularmente he declarado este año como “el año del cumplimiento”, estoy seguro que muchas de las promesas que Dios nos ha dado se cumplirán y El abrirá las puertas de bronce, y a nosotros nos toca abrir las puertas de madera o las de vidrio ¿Estás listo para empezar a “halar” o “empujar” de qué es lo que realmente quieres lograr en el 2010? ¿Estás listo para elevarte a las alturas e ir tras una vida extraordinaria?

Algunos piensan que escribirlo o decirlo es fácil que lo difícil es ponerlo en acción. El problema es que muchos no están seguros de qué es lo que quieren y al no estarlos solo piensan en lo difícil y complicado que será y no se atreven a halar o empujar la puerta porque quieren una puerta eléctrica que se les abra sola. Las puertas de la vida no son complicadas para abrir, los complicados somos nosotros que no seguimos las instrucciones.
Tú me dijiste: “Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti. Salmo 32:8 (BLS)
Su cuidado abarca todas las áreas de la vida, no es solamente un área. Solo hay que seguir sus instrucciones y sus consejos.
¿Qué puertas quieren que se te abran en el 2010? ¿Qué sueños quieres alcanzar? Quiero dejarte más que una receta unos consejos que te ayudaran a tener un año extraordinario. Algunos de ustedes quizás lo han leído y es bueno recordarle.
1. Comienza con el fin en mente
Este es el segundo hábito que Stephen Covey menciona en su libro “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva” (Paidos,1997). El dice que esto se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Primero debe ocurrir una creación mental y lo luego la creación física. Esto tiene que ver con la visualización o imaginación, lo que tu puedas ver o imaginar lo puedes lograr.
Ahora lo que tu visualices debes escribirlo antes de llevarlo a lo físico. Es como el constructor que para construir un edificio debe leer los planos y así asegurarse de que la construcción esté bien hecha siguiendo el diseño original.
¿Qué visualizas para el 2010? No te preocupe si aun no puedes soñar cosas grandes, comienza en pequeño. El hecho de que tus sueños sean pequeños no le quitan valor, son tus sueños y poco a poco tu fe irá creciendo para comenzar a soñar cosas medianas y luego las grandes. Lo importante es que puedas visualizar el final. ¿Cómo terminarás el 2010?
2. Haz un plan de acción
Si ya sabes como te gustaría terminar el 2010, la pregunta que sigue es ¿Cómo vas a llegar? ¿Qué cosas tienes que hacer en primer lugar para alcanzar tus sueños? Sea sencillo y práctico; mantente haciendo los ajustes necesarios de tu tiempo para lograr las metas. Desarrolla pequeños pasos antes de comenzar a hacer los grandes.
3. Enfrenta tus temores
No te sabotees tu mismo, no dejes que el miedo te paralize. Algunas preguntas que te ayudaran son: ¿Es esto para mí? ¿Es lo que realmente quiero? El asunto es que si realmente lo quieres vas a ir tras eso, ha ocurrido que madres o padres que no sabían nadar se han lanzado al agua a rescatar a sus hijos que se estaban ahogando. Debes preguntarte ¿Qué cosas necesitas cambiar en tu vida para llegar a una vida extraordinaria? ¿Tengo necesidad de tomar algún tipo de entrenamiento o buscar la ayuda de un entrenador? ¿Qué necesito creer para ganar en la vida?
4. Actuar y solo actuar.
El mayor paso que tú debes dar es convertirte en el protagonista de la historia de tu vida. El papel principal te lo dio Dios. Toma acción y actúa. Haz escuchado que cuando se está filmando una película, el director dice: luces, cámara, acción. Y ahora Dios te dice: Sueña, Planifica y Actúa. ¿Cuándo comenzarás a actuar? El mejor momento para hacerlo es ahora y el mejor lugar para comenzar es allí donde te encuentras y la mejor persona para hacerlo eres tu mismo.Tu mayor motivación van a hacer tus acciones, a medida que te vayas moviendo vas a ver como las puertas de la vida se te abren. Tú tienes que halar o empujar para poder tener un gran año. Si necesitas ayuda te invito a contactarme. Hay otro elemento que tu conoces que te ayudará y es la fe, sin ella no podemos agradar a Dios. Debes creer que lo vas a lograr. Ese es mi deseo que tú seas prosperado en todas las áreas de la vida. Feliz año 2010!
Hoy..Creo Que Puertas Se Abrirán.
Que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado. Colosenses 4:3 .Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades… — Marcos 1:34Muchas veces vemos puertas cerradas en nuestro camino. Quisiéramos avanzar y parece que no podemos o no vemos. Qué hacer en ese momento? El mejor recurso que tenemos es la oración. Cuando nos doblegamos de corazón ante el Dios Todoperoso, podremos ver como él majestuosamente puede abrir puertas cerradas.La cuestión principal es creer que tu petición te será concedida debido a lo que él te invita a hacer: elegir cualquier cosa del menú. Y puedes comenzar a anticipar lo bueno que estará el entremés, incluso antes de que el mesero lo traiga a tu mesa. En la vida cotidiana, presentamos un pedido en un restaurante y los esperamos por fe.Aunque es importante verbalizar tus peticiones y hablar con fe, algunos cristianos ponen demasiado énfasis en tener la posibilidad de llamar las cosas a existencia, independientemente de haber escuchado una invitación previa de parte del Señor para hacerlo.Porque por fe andamos, no por vista. — 2 Corintios 5:7Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. — Hebreos11:1Vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas. — Mateo 6:32Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. — Juan 15:7Todos estos versos de la Biblia nos muestran que Dios está listo a operar en bien de sus hijos. Las puertas que parecen cerradas podrán recibir el golpe de gracia que las hará sacudirse para entonces abrirse de par en par.Que puerta cerrada vemos hoy ante nosotros? La puerta de la oportunidad de un nuevo trabajo? La Puerta de oportunidades para nuestros hijos? La puerta de ver la vida realizada en la formación de un hogar estable? , La Puerta de la economía?No hay puerta que no ceda ante el poder de Dios. Hoy creo que veré puertas que se abren.Señor, yo no puedo abrir esa puerta cerrada, pero llego en oración ante ti y en tu tiempo tu la abrirás. Amén.
Hoy… Me Acerco con Confianza Al trono De la Gracia.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamosmisericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. — Hebreos 4:16 .Mientras que nada en el mundo físico tiene poder en sí mismo para afectar la realidad espiritual, los cambios espirituales siempre hacen que sucedan algunos cambios en el mundo natural.La carne y la sangre no pueden entrar en el ámbito de lo espiritual , y tampoco puedenheredar lo eterno .A la inversa, las llaves espirituales, como la oración, moldean e influyen en cómo resultan las cosas en la tierra. Pueden atar y desatar (Mateo 18:18), abren puertas (Lucas 11:9; Colosenses 4:3) y sanan y liberan (Marcos 1:34).La palabra griega para secreto es kruptos, que significa “oculto, escondido”. La verdadera dinámica de la oración sucede bajo la mirada del Señor, no a la vista de otras personas.¿Por qué se preocupan las personas por cómo suenan al orar cuando otros los escuchan? ¿Esto significa que nunca debemos orar en público o en voz alta cuando estamos con un grupo de personas? ¿Cuál es el punto que Jesús está tratando de señalar?La oración es una de las herramientas “divinamente poderosas” de nuestro oficio que nos da la capacidad de llegar a la raíz de la causa espiritual, y de afectar las situaciones de la vida .Esto no es fácil porque estamos tan acostumbrados a caminar por vista, no por fe , y a vivir nuestra vida al nivel natural.Hemos sido entrenados para hacer algo (físico) respecto a nuestros problemas y necesidades. Queremos influir en las decisiones y en los desenlaces de la vida como resultado de qué decimos o de cómo actuamos. Nuestra mente natural nos dice que no estamos haciendo lo suficiente al sólo orar por la situación en la que estamos, y eso explica por qué tenemos la tendencia a no orar mucho por problemas que creemos poder solucionar por nuestra cuenta.Ya que es la oración es una actividad invisible y tan pequeña comparada con las necesidades enormes e imposibles que afrontamos, es importante tener fe.“Sin fe (seguridad y confianza en, dependencia en, persuasión respecto a lo que Dios ha dicho) es imposible” recibir del Señor todo lo que quiere darte .La oración es una de las herramientas “divinamente poderosas” de nuestrooficio que nos da la capacidad de llegar a la causa espiritual principal, y de afectar las situaciones de la vida.Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. — Efesios 6:12Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios… Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. — Juan 3:3, 6Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. — 1 Corintios 15:50En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo… — Mateo 18:18Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.Lucas 11:9Por eso digo que Hoy..Me acercare confiadamente al trono de la gracia.Señor..que bueno es tener la seguridad de ser escuchado en tu trono. Gracias por amarme y recibirme en tu presencia. Amén.
Se Que Mi Deuda Ha Sido Cancelada.
“Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz”. Colosenses 2:15.Se que estamos en una verdadera Guerra espiritual cada día. El enemigo de mi alma me ha declarado la Guerra.Hoy necesito estar confiado que ese enemigo ya fue derrotado en el Calvario. Pablo dice que al morir Jesús en la Cruz la primera cosa que hizo fue anular una deuda pendiente que yo tenía con mi Padre Celestial. El enemigo lo sabía y me tenía la factura para cobrarla, pero Gloria a Dios, que Jesús en el Calvario la anulo. Esto me hace pensar en un sello empapado con su sangre y ese sello tenia la palabra ANULADO…ANULADO..ANULADO.Desde ese momento toda mi deuda pendiente con Dios con la cual se cimentaban las acusaciones de Satanás contra mi, fue totalmente cancelada. No más cobros, no más demandas, no más embargos, no más preocupaciones, no más abogados ni citas a tribunales.He podido respirar en paz al saber que esa deuda fue anulada. Era una deuda muy grande ya que era una deuda contra el creador del Universo. Más Dios en su bondad envió a su hijo Jesucristo para cancelar todo eso.Toda acusación diabólica cayó por su propio peso. Las cadenas que me ataban se rompieron y algo nuevo comenzó. Comenzó la Libertad, el perdón, La Justificación y la Vida Nueva.Con cuanto gozo puedo ahora alabar a Dios. La angustia se desvaneció y la tortura espiritual se desintegró. Los cimientos del infierno que me amenazaban se tambalearon para dar paso a la entrada majestuosa del perdón hecho carne en Cristo Jesús.Hoy por eso puedo levantar mis brazos para alabar a Dios por haber cancelado mi deuda y ahora mi deuda con él es una deuda de Amor.Señor, Gracias porque cuando estaba destruido en las cuentas bancarias del alma, enviaste el mejor regalo para liberarme. Gracias por cancelar mi deuda. Ahora solo quiero vivir para ti con genuino amor. Amén.
Gobernado Por El Amor a Dios.
El Hermano Lorenzo me dijo en otra plática sostenida con el en 1666 que él siempre había sido gobernado por el amor, sin actitudes egoístas. Y desde que resolvió hacer del amor de Dios el fin de todas sus acciones, había encontrado razones para estar muy satisfecho con su método. También estaba contento cuando podía levantar una pajita del suelo por amora Dios, buscándole sólo a Él, y nada más que a Él, ni siquiera buscando sus favores.Durante mucho tiempo había estado afligido mentalmente por creer que sería condenado. Ni todos los hombres del mundo podrían haberlo persuadido de lo contrario. Finalmente razonó consigo mismo de esta manera:Yo no me involucré en la vida religiosa excepto por amor a Dios, y me he esforzado para hacer sólo para Él todo lo que hago. Sea lo que sea de mí, esté perdido o salvado, siempre seguiré obrando puramente por amor a Dios. Por lo menos tendré este bien, que hasta la muerte habré hecho todo lo posible para amarlo.Durante cuatro años había estado con esta angustia mental; y durante ese tiempo había sufrido mucho. Sin embargo, desde aquel tiempo había vivido en una libertad perfecta y una continua alegría. Puso sus pecados delante de Dios, tal como eran, para decirle que no merecía sus favores, pero que sabía que Dios continuaría otorgándole sus favores abundantemente.El Hermano Lorenzo dijo que a fin de formar el hábito de conversar con Dios continuamente y de mencionarle todo lo que hacemos, al principio debemos dedicarnos a Él con cierto esfuerzo: pero que después de ocuparnos un poco de eso deberíamos encontrar que su amor nos mueve a hacerlo internamente sin ninguna dificultad.
Él esperaba que después de los días agradables que Dios le había concedido, tendría un tiempo de dolor y sufrimiento. Aunque él no estaba inquieto por esto, sabiendo muy bien que no podía hacer nada por sí mismo, Dios no fallaría en darle la fuerza para soportarlos.Cuando se le presentaba la ocasión de practicar alguna obra bondadosa, se dirigía aDios, diciendo: “Señor, no puedo hacer esto a menos que me capacites”. Y entonces recibía fuerzas más que suficientes.Cuando había fallado en su deber, solamente confesaba su falta diciéndole a Dios: “Jamás podría obrar de otra manera si me dejaras librado a mis propias fuerzas. Eres tú quien debe impedir mi caída, y arreglar lo que está mal”. Después de la confesión, ya no sentía ninguna inquietud acerca de lo hecho.El Hermano Lorenzo decía que, con respecto a Dios, debemos obrar con la más grande de las simplicidades, hablando con Él franca y claramente, e implorando su ayuda en todos nuestros asuntos. Dios nunca había fallado en concederle su ayuda, y el Hermano Lorenzo lo había experimentado frecuentemente. Me contó que recientemente había sido enviado a Burgundia, para comprar la provisión de vino para la sociedad.
Esta tarea le resultaba muy poco grata porque no tenía ninguna inclinación para los negocios, y porque era cojo y no podía ocuparse de su trabajo en el barco sino rodando sobre los toneles. Sin embargo se entregó a esta tarea y a la compra del vino sin ningún descontento. Le dijo a Dios que se ocupó de este negocio, y que lo hizo muy bien.
Mencionó que el año anterior había sido enviado a Auvergne con la misma comisión y, aunque no podía decir cómo, todo había resultado muy bien. De la misma manera cumplía con su trabajo en la cocina (al cual por naturaleza tenía una gran aversión), donde se había acostumbrado a hacer todo por amor a Dios.Durante los quince años que había estado trabajando en la cocina, todo le había resultado fácil porque lo hacía con oración y movido por la gracia de Dios. Estaba muy feliz con el puesto que ocupaba ahora, pero que estaba listo a volver a lo anterior, debido a que siempre estaba agradando a Dios en cualquier condición, haciendo las cosas pequeñas por amor a Él.
Para el Hermano Lorenzo los momentos de oración no eran diferentes de lo que habían sido en otros tiempos. Se retiraba a orar, de acuerdo a las directivas de su superior, pero no quería esa clase de retiros ni los solicitaba, debido a que ni el trabajo más grande lo distraía de la presencia de Dios.Debido a que conocía su obligación de amar a Dios en todas cosas; como él se había esforzado por hacerlo así, no necesitaba que un director espiritual le diera una orden. Dijo que era muy sensible a sus faltas, pero que estas faltas no lo desanimaban. Lasconfesaba a Dios sin dar ninguna excusa. Cuando lo hacía, con toda paz reasumía su práctica usual de amor y adoración.El Hermano Lorenzo no consultaba a nadie con sus inquietudes mentales. Por la luz que le daba la fe él sabía que Dios estaba presente, entonces lidiaba consigo mismo tratando de dirigir todas sus acciones a Él. Todo lo hacía movido por el deseo de agradar a Dios, aceptando los resultados que se producían. Dijo que los pensamientos inútiles arruinan todo, que los dolores empiezan allí. Tan pronto como percibimos su impertinencia debemos rechazarlos, y retornar a nuestra comunión con Dios.En el principio frecuentemente había pasado su tiempo de oración rechazando pensamientos erráticos y volviendo a caer en ellos. Nunca había regulado su devoción por ciertos métodos como lo hacen algunos. Sin embargo, al principio habíapracticado la meditación por algún tiempo, pero después la había dejado de lado de una manera casi inexplicable.El Hermano Lorenzo enfatizaba que todas las mortificaciones corporales y otros ejercicios eran inútiles, a menos que sirvieran para unirse con Dios por medio del amor. Había considerado bien esto.Encontró que el camino más corto para ir directamente a Dios era ejercitando el amor continuamente por medio de un continuo ejercicio del amor y haciendo todas las cosas por amor a Él. Notó que había una gran diferencia entre los actos del intelecto y los de la voluntad.Los actos del intelecto eran comparativamente de poco valor. Los actos de la voluntad eran todos importantes. Nuestro único deber es amar a Dios y deleitarnos en Él. Ningún tipo de mortificación, si invalida el amor de Dios, puede borrar un solo pecado. En lugar de esto, y sin ansiedad alguna, debemos esperar el perdón de nuestros pecados que proviene de la sangre de Jesucristo, solamente esforzándonos para amarle con todo nuestro corazón. Y él notó que Dios parecía haber garantizado los mayores favores a los pecadores más grandes, como si fueran monumentos conmemorativos de su misericordia.El Hermano Lorenzo dijo que los mayores dolores o placeres de este mundo no podíancompararse con los que él había experimentado en ese estado espiritual. Como resultado de todo eso, solamente deseaba una cosa: no ofender a Dios. Dijo que no cargaba con ninguna culpa. Cuando fallo en mis deberes, rápidamente lo reconozco, diciendo: Estoy acostumbrado a obrar así. Nunca podré cambiar por mí mismo. Y si no fallo, entonces doy gracias a Dios reconociendo que esto viene de Él.El resumen de todo en ser gobernado por el Amor.Tomado de La Practica de la Presencia de Dios . Hno Lorenzo.

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